El partido de vuelta de la Copa de España contra la Cultural Leonesa nos presentaba la oportunidad de volver al Bernabéu para hacer lo que llevamos haciendo durante 36 largos años: animar desinteresadamente al Real Madrid.
Tras adquirir las localidades en el cuarto anfiteatro del lateral oeste, zona en la que nos garantizábamos realizar nuestra actividad de animación sin molestar a nadie y, quién sabe, sin ser molestados, se notaba una ilusión especial en la calle. Caras de todo tipo y condición; a los habituales se unían veteranos que llevaban tiempo sin venir y querían aportar su granito de arena.
Ocupamos nuestras localidades en un número aproximado de 300 miembros, dando a la grada un gran aspecto y con la agradable sorpresa de que, por una vez y sin que sirva de precedente, el club dejaba de tirar piedras contra su propio tejado y nos permitía hacer lo que mejor sabemos hacer. La animación en la primera parte fue de un nivel altísimo, con especial mención al mágico minuto 7. Cuando se homenajea a alguien de los tuyos de corazón y no por compromiso, se nota el resultado. De la misma manera, cuando la animación corre a cargo de personas a las que realmente les gusta hacerlo y no porque sea obligatorio para conseguir un abono barato, la diferencia salta a la vista.
En el segundo tiempo se siguió animando a buen nivel, bajando un poco en los últimos minutos y desplegando todo el repertorio, incluso recuperando algún que otro clásico de inicios de los 90. Destacar que a la animación se sumaron las peñas del fondo norte que no gozan de la simpatía del club, lo que permitió vivir una auténtica fiesta del madridismo, como debería ser lógico y promocionado por el club.
Finalmente, abandonamos el estadio sin más problemas y eso fue todo en un gran día en el que demostramos una vez más que nuestro único afán es animar al Real Madrid, como se hizo tantos años colaborando mutuamente con el club. Una colaboración que cortaron unilateralmente dos directivos por sus intereses personales. Una lástima que ningún otro directivo quiera acabar con esta sinrazón y recuperar esa colaboración mutua, tan beneficiosa para el club, como quedó demostrado con el gran ambiente de este partido de Copa.
NO SURRENDER