Salía el sol en la capital y tomábamos rumbo hacia Vascongadas, donde su unieron varias secciones a la comitiva. Dado la facilidad que tiene la Ertzaintza para devolver autobuses de ciertos grupos por donde han venido, sin posibilidad de ver el partido, no serían autobuses el medio transporte que el grupo utilizase esta vez. Una vez aparcados los coches a las afueras procedimos a acudir a las inmediaciones de San Mamés en metro, para disfrutar tranquilamente de una previa esperando a unos buenos amigos que tenemos por allí.
Tras un plantón inesperado y tras un largo esperar a escasos 150 metros de San Mamés, la Ertzaintza se presentó en el lugar donde nos encontrábamos a escasa hora del comienzo del partido. Varias unidades procedieron a retenernos en las cercanías del campo, informándonos que procederían a llevarnos al estadio en cuanto controlasen unos incidentes que se estaban dando lugar en la entrada a San Mamés por un grupo de aficionados madridistas vestidos de blanco.
Minutos antes de comenzar el partido, comenzaron los exhaustivos cacheos por cuenta gotas, las identificaciones y la presentación de las entradas por al centenar de miembros del grupo. Tanto retrasaron el proceso que acabó el trámite coincidiendo con el descanso del partido. Fue finalizado este proceso cuando el mando del operativo nos informó que el coordinador de seguridad no permitía nuestra entrada a San Mamés por no poder garantizar la seguridad con la afición local. Una excusa como cualquier otra donde estaba detrás la presión de nuestro propio club, que su único interés es coartarnos la voz y nuestra presencia tanto en el Santiago Bernabéu como allá donde viaje nuestro amado club. Tras ello, la Ertzaintza procedió a mandarnos de nuevo al metro para acudir al lugar donde se encontraban nuestros vehículos. Foto de familia y todos de camino hacia nuestras casas y esperando la fecha del próximo desplazamiento.
Somos ultras, no delincuentes y este ilícito acto de la policía autonómica vasca hacia nosotros privándonos del acceso al campo con entradas en la mano, no afecta a nuestros valores inquebrantables como grupo. Seguiremos agotando todas las vías para seguir a nuestro club allá donde juegue, mal que le pese a la actual gestión del club que se empeña en dividir el madridismo a causa de intereses personales y hacer caso omiso a cualquier resolución de este conflicto que ellos comenzaron.
Nada ni nadie podrá acabar con nosotros, larga vida a Ultras Sur.
SIEMPRE FIELES ULTRAS SUR