
La historia de ULTRAS SUR es la historia del madridismo más pasional, del aliento incondicional, de las gradas que rugen y los tifos que encienden el Santiago Bernabéu. Nace en los años 80, cuando un grupo de jóvenes madridistas decide dar el paso y organizar una animación sin precedentes en el Fondo Sur del estadio. Con un estilo inspirado en el movimiento ultra italiano, pronto empiezan a destacar por su entrega en la grada, su simbología propia y su fidelidad inquebrantable al escudo.

Pero ULTRAS SUR no solo se forja en el estadio, también en la calle. Marceliano Santa María se convierte en el punto de reunión, la trinchera desde donde se baja al Santiago Bernabéu para hacer sentir la voz del Fondo Sur. En las previas de los partidos, la calle es un hervidero de cánticos, bengalas y banderas, una prolongación de la grada donde la pasión se vive sin filtros ni normativas. Desde ahí parten los corteos a otros estadios, las concentraciones en las noches de Copa de Europa y también los enfrentamientos contra quienes han intentado desafiar al grupo.

Desde esos primeros años, ULTRAS SUR se convierte en el alma de la afición blanca. En los 90, el grupo alcanza su época dorada: los tifos se convierten en obras de arte que cubren el Fondo Sur, los banderones gigantes inundan la grada, las bengalas iluminan las noches de Champions y el equipo siente el calor de una hinchada que no deja de animar. Cada partido es una batalla, cada desplazamiento, un acto de fe. En estos años, ULTRAS SUR no solo llena el Santiago Bernabéu de color y pasión, sino que también lleva su pancarta por toda España y Europa. Milán, Roma, París, Turín, Múnich… en cada estadio donde juega el Real Madrid, está presente el Fondo Sur.

Son tiempos de grandes tifos, de cartulinas, de cubregradas y mensajes que hacen historia. Desde el mítico Drakkar en el derbi madrileño hasta los homenajes a leyendas como Juanito, pasando por los gigantescos escudos del Real Madrid que han hecho vibrar a todo el estadio. En los partidos de Champions, el Fondo Sur se convierte en una caldera, recordando a los rivales que aquí, en el Santiago Bernabéu, se juega con algo más que fútbol: se juega con la fuerza de una afición que nunca se rinde.

El Fondo Sur no solo se convierte en un punto de animación, sino también en un símbolo de identidad. La política, inevitable en el mundo ultra, empieza a dejar su huella en la grada. ULTRAS SUR defiende con orgullo la bandera de España en un tiempo en el que hacerlo no estaba bien visto por todos. La simbología nacional y la mentalidad de resistencia se afianzan, lo que provoca enfrentamientos con grupos de ideologías opuestas, dentro y fuera del estadio. La violencia se convierte en parte del juego: derbis madrileños marcados por la tensión, desplazamientos que terminan en enfrentamientos, choques con ultras rivales dentro y fuera de España. Quienes atacan al grupo encuentran respuesta, y quienes intentan silenciarlo, descubren que el Fondo Sur no se calla.

Con la llegada del nuevo siglo, ULTRAS SUR vive momentos de lucha y resistencia. En 2001, tras años de destierro, el grupo regresa a su lugar en el Fondo Sur, aunque con condiciones impuestas por la directiva. Aun así, la animación sigue creciendo. Se instalan sistemas de megafonía para coordinar cánticos, se recuperan los tifos en cada partido importante y se siguen realizando desplazamientos en masa por toda Europa.

Pero no todo es fácil. A partir de 2013, la directiva del club inicia una persecución sin precedentes contra el grupo, expulsando a cientos de miembros del estadio y promoviendo una nueva grada de animación controlada. Se prohíben pancartas, se dificulta la compra de entradas y se intenta silenciar al Fondo Sur. La excusa es la violencia, pero la realidad es que no soportan una grada que no se pliega a los intereses del palco. ULTRAS SUR resiste. Cuando el club cierra las puertas del Santiago Bernabéu, el grupo se traslada a las calles. En las previas de los grandes partidos, la animación vuelve a surgir con más fuerza que nunca, con tifos en la calle, bengaleos espectaculares y un ambiente que recuerda a los tiempos del verdadero miedo escénico.

Marceliano Santa María se convierte en un nuevo frente de batalla. La policía, con órdenes directas del club, trata de dispersar la animación en la calle con cargas desproporcionadas y restricciones absurdas. Pero el grupo no cede. Si no nos dejan entrar al Santiago Bernabéu, llevaremos el ambiente a sus puertas.

El fútbol moderno intenta apagar la pasión, pero no lo consigue. Mientras los estadios se convierten en teatros de turistas y VIPs, ULTRAS SUR sigue llevando el escudo en el corazón, acompañando al equipo en cada rincón de Europa y defendiendo la esencia de una grada libre. Se siguen realizando desplazamientos y el grupo mantiene su presencia en cada competición.

En 2025, ULTRAS SUR cumple 45 años de historia. Cuatro décadas y media de batallas, cánticos, banderas, viajes, tifos y noches inolvidables en el Santiago Bernabéu. Cuatro décadas y media de lucha y resistencia, de permanecer fieles a unos valores y a un sentimiento que no se negocia. Jugadores, directivos y normativas vienen y van, pero la esencia de ULTRAS SUR sigue intacta. Porque rendirse nunca ha sido una opción. Porque mientras haya madridistas que sientan el escudo como algo propio, ULTRAS SUR seguirá en la trinchera, defendiendo su lugar en la historia del club.